La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un año de cárcel a un hombre que trabajaba como vigilante de seguridad de una empresa por agredir sexualmente a una trabajadora.
Los hechos sucedieron hace dos años y medio en una empresa dedicada a la venta de árboles, plantas y objetos de jardinería. A primera hora de la mañana, cuando la empleada acudía a su puesto de trabajo, el vigilante la siguió hasta la cámara de frío de la empresa. Una vez allí, con «ánimo libidinoso», según la sentencia, le tocó el pelo y la agarró con fuerza llevándola hasta una silla del comedor. El acusado entonces la sentó encima de él y comenzó a tocarle el cuerpo, al tiempo que frotaba con él sus genitales y la besaba en el hombro. La mujer comenzó a gritar pidiendo auxilio hasta que logró zafarse del vigilante.
Minutos después, el hombre se acercó nuevamente a su compañera, diciéndole que quería pedirle perdón, que tenía familia y que no lo denunciara. De forma repentina comenzó a darle besos en la cabeza hasta que la mujer consiguió huir.
Como consecuencia de la situación estresante vivida y provocada por la conducta del vigilante, la mujer padeció una serie de trastornos psíquicos.
Indemnización
La perjudicada presentó finalmente denuncia y el vigilante tras ser enjuiciado por un juzgado de lo penal fue condenado como autor de un delito de agresión sexual a un año de cárcel y a indemnizarla mediante el pago de 6.000 euros. Además el juez le impuso la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima y a comunicarse con ella durante tres años.
El acusado recurrió ante la Audiencia Provincial de Málaga que finalmente ha confirmado la sentencia condenatoria, basándose en la declaración de la mujer que siempre ha mantenido la misma versión de los hechos, «lo que tiene valor de actividad probatoria de cargo legítima» y de una testigo que manifestó que vio a la víctima en gran estado de agitación y nerviosismo y al acusado pidiéndole perdón y que no le denunciara, al tiempo que le daba un beso.
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