viernes, 20 de diciembre de 2013

Mujer y cooperativismo: un maridaje entre "ingenio" y el trabajo "para vivir"


Mujeres cooperativistas, una alternativa a la crisis desde la economía social

Casi un 45% de los empleos creados por la economía social en Andalucía, y un 25% de los socios, corresponden a mujeres.

Desde la perspectiva de género, los proyectos empresariales se encaran con una mirada distinta: “sobre todo si hay hijos de por medio”.

Contrato indefinido en una cooperativa de Sevilla o Almería, tiene menos de 40 años y trabaja en el sector servicios. Ese sería el perfil tipo, desde la perspectiva de género, del empleo creado por la economía social en Andalucía. Una balanza que muestra 22.500 puestos de trabajo ocupados por mujeres en uno de sus brazos –casi un 45% en valores absolutos– y, en el otro, sólo un 25% de 400.000 socios andaluces.
Es el caso de Encarna, Eva, Yésica o Esperanza, mujeres con formación universitaria que afrontan la crisis como socias de proyectos cooperativistas convertidos en “forma de vida”. El secreto del éxito, aseguran, reside en una mirada empresarial diferente y anclada al territorio, sobre todo en el ámbito rural. ¿Las claves? “Crecer en red”, trabajo “por objetivos, no por tareas” y apostar por “el ingenio” y la conciliación familiar, “sobre todo si hay hijos de por medio”.

 

Empresas que funcionan “por objetivos, no por tareas”

“En las empresas cooperativas los socios funcionan por objetivos, no por tareas” y esto hace, explica Encarna Águila, de Natures, “más compatible el tiempo laboral con el personal, sobre todo si hay hijos de por medio”. Se intenta, en el caso de las mujeres, que los horarios permitan la conciliación familiar, “que se tengan más en cuenta las personas y sus circunstancias personales”, cuenta Eva Guzmán, de Kronia. Un trato “más humano”, define, que se traslada “también a los clientes y proveedores”, con quien se establece “relaciones basadas en la confianza”.

Yésica Belaustegui pertenece a la cooperativa Forapre, “fundada por mujeres, todas madres de familia”, que toman decisiones sobre el proyecto “buscando tanto nuestro bien particular como el de nuestra empresa”. “Nuestros valores y nuestra vida discurren por un sendero muy parecido”, sostiene. Por su parte, para Esperanza Castro, de CKL Comunicaciones, una apuesta sólida está formada por “trabajo en equipo, liderazgo compartido, empatía en la gestión de recursos humanos y productividad ligada a objetivos”.

¿Y cómo encaran la crisis? “Disminuyendo el sueldo a mínimos posibles, con más horas de trabajo, rebuscando en el ingenio…”, según Águila, o “con prudencia e intentando no repetir los errores que nos han llevado a esta situación”, opina Guzmán. Las cooperativas son empresas “flexibles y sostenibles” que buscan “crecer en red”.

 

Cooperativas de mujeres: “el futuro de la economía”

Son, entienden, “el futuro de la economía”. “Y más resistentes a la crisis”, puntualiza Castro, “y menos endeudadas porque en los momentos de vacas gordas hicimos bien algunas tareas como ajustar el gasto corriente, eliminar los superfluos y dotar el fondo de reserva obligatorio para épocas más difíciles, como ésta”. Significó, en ese momento, “no repartir beneficios”, pero sí “invertir en nuestro futuro”.

“Nosotros trabajamos para vivir, para mantener nuestro trabajo, partimos de la base de que las personas están por delante del dinero”, describe. El desarrollo del cooperativismo lo encaran con “buenas expectativas” derivadas, entre otros condicionantes, “de que la administración está apostando por la economía social porque se ha dado cuenta de que este sector es de los que menos empleo destruye en los malos momentos”.

Una crisis económica que en muchos casos ha empujado el emprendimiento. “Emprender era la única fórmula factible viniendo de un sector hundido”, relata Belaustegui, arquitecto técnico. “El camino es muy duro pero son buenos tiempos para el ingenio y el movimiento de reacción ante la crisis –prosigue– y estamos preparadas incluso para el fracaso, pero desde luego moriremos en el intento”.
Economía social y resistencia a la crisis
Existe una apuesta general “por un sector que demuestra su resistencia a la crisis” por su carácter de “economía con rostro humano”, apuntan desde la consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía. La administración ha activado líneas específicas de apoyo para enfrentar obstáculos como el acceso a crédito, los derivados de ajustes en las cuentas públicas o la crisis de la construcción.
Cuando los puestos de trabajo se destruyen, a nivel general, en cooperativas y sociedades laborales “se mantienen o incluso se crean”. Según la Confederación de Entidades para la Economía Social (CEPES) de Andalucía, el empleo femenino en economía social supone el 43,6% del total sectorial. De estos, el 79,4% trabaja en cooperativas. Por provincias, Sevilla y Almería (19%) adquieren más relevancia, seguidas de Granada (14%), Málaga (12%), Huelva y Córdoba (10%), Cádiz y Jaén (8%).
El 54,2% de estas mujeres tiene menos de 40 años, mientras el 38,3% oscila entre 40 y 54 y el 7,5% supera esta edad. Por sectores de actividad, servicios (81,7%) prevalece seguido de agricultura (9,3%), industria (8%) y construcción (1%). El 40,7% trabaja en empresas con más de 100 empleados y, por tipo de contrato, el 61,2% tiene carácter indefinido.
Fuente: El Diario

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