lunes, 31 de marzo de 2014

La primera rectora de España recuerda el revuelo que causó su nombramiento

La que fue primera rectora de una universidad española, la jurista Elisa Pérez Vera, recuerda la revolución que causó su nombramiento hace más de treinta años, en una época en la que solo unas pocas mujeres podían ver cumplidas sus aspiraciones profesionales.

A unas horas de que ser nombrada doctora Honoris Causa por la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), Pérez Vera (Granada, 1940) se prepara para recibir un nuevo reconocimiento, una situación recurrente en su carrera al haber sido pionera en puestos de responsabilidad que no habían ocupado antes las mujeres en España.

Pérez Vera fue en 1975 la primera mujer catedrática de Derecho Internacional Público y Privado, rectora de la UNED de 1982 a 1987 y secretaria general del Consejo de Universidades entre 1987 y 1991.
Su nombramiento para los tres cargos fue una pequeña revolución en su época de juventud, un "pasito" en la situación de la mujer y su lucha por la igualdad, admite en una entrevista concedida a Efe.

No obstante, el hecho de convertirse en la primera mujer en acceder al máximo puesto de gobierno de una universidad española fue también un mérito de los hombres que la apoyaron en sus aspiraciones profesionales, asegura.

"Mi elección como rectora lo viví con mucha gratitud hacia mis compañeros que me habían votado", asegura la granadina, quien tuvo que acostumbrarse desde entonces a ser una excepción respecto a la vida que llevaban otras españolas en la misma época.

"La primera situación poco habitual se produce cuando me matriculo en la Facultad de Derecho, en Granada, en un curso de cien alumnos y solo cinco mujeres, y los profesores nos hacían sentarnos en primera fila, para que no distrajéramos a nuestros compañeros".

El exotismo que suponía su presencia como mujer en ese aula fue posible por haber nacido en una familia liberal, "muy decidida a que las hijas no tuvieran menos oportunidades que los hijos si es que querían estudiar", rememora.

No obstante, quien se convertiría con el tiempo en magistrada del Tribunal Constitucional se vio obligada a compatibilizar sus estudios universitarios con un trabajo por la "precaria" situación económica que había en su casa.

"Mi padre era abogado, pero había sido represaliado y no podía ejercer, y mi madre era licenciada en Filosofía y Letras, y tenía una academia privada porque había sido desposeída de la plaza como docente que tenía en la Escuela de Artes y Oficios".

El esfuerzo de forjar una carrera en esas circunstancias, y las oportunidades se le abrieron con la formación, lleva a la veterana catedrática a recalcar una "auténtica preocupación" por las consecuencias de los recortes económicos en los estudios superiores en España.

"El futuro de un país está en la educación de los jóvenes: sin una universidad fuerte, sin una investigación fuerte, cualquier país corre a su suicidio colectivo".

Las quejas de la profesora honorífica de la UNED incluyen la "borrachera" de planes de estudios: demasiados cambios en demasiado poco tiempo para asentar, en su opinión, currículos educativos con conocimiento de causa.

Y advierte, además, de un riesgo de los presupuestos restrictivos: "No se puede confiar en que la universidad -una vez que se jubile la generación que tiene ahora 40 o 45 años- no vaya a quedarse despoblada porque no hay jóvenes de relevo que quieran quedarse" si no se les garantiza una plaza.

"Como profesor de una universidad te resulta difícil convencer o insinuar a un alumno que se quede cuando sabes que no les puedes ofrecer una plaza docente. Eso me produce una preocupación", ha admitido.

Sobre su papel desempeñado en la vida universitaria, así como magistrada en el Tribunal del Constitucional entre 2001 y 2012, Pérez Vera confiesa que es algo de lo que se está "desenganchando poco a poco".

La bajada del ritmo, no obstante, se ha traducido ya en un efecto positivo sobre su salud, en especial, por el hecho de dejar atrás el "estrés galopante" que, asegura, implica tener un puesto como el que ostentó durante más de diez años en el alto tribunal.

A ese nivel, las deliberaciones jurídicas implican "una presión por la responsabilidad que te hace desear que el tiempo se múltiple por cuatro, ya que las 24 horas del día no te bastan".

Y es que, recuerda Pérez Vera, "al Tribunal Constitucional no llega ningún asunto baladí: hasta el asunto que, aparentemente, tiene menos importancia, para aquel que lo sostiene -el que pide amparo al tribunal- es la causa misma de su vida".

Todo esto hace que la ceremonia a la que la jurista está invitada a asistir mañana en la Universidad de Alcalá sea muy apetecible, al encajar muy bien en su estilo de vida recién estrenado y mucho más sosegado.
"Paso temporadas en Madrid porque sigo vinculada a la UNED, y conservo allí una parte de despachito; y me gusta ir a trabajar, porque la universidad sigue siendo mi alma mater; y cuando no, me vuelvo a mi Granada natal, donde cada vez me siento más a gusto".

Fuente: Madrid Actual

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